Los Puertos imperiales de Claudio y Trajano
El puerto de Claudio
En el 42 d.C., para poner remedio a la sedimentación del puerto fluvial de Ostia, el emperador Claudio promovió la construcción de un gran puerto marítimo, situado al norte de la desembocadura del Tíber. El sistema portuario se articulaba en una vasta cuenca de aproximadamente 150 hectáreas, con dos muelles combados y algunos embarcaderos; el conjunto estaba dominado por un gran faro de varios pisos, similar al famoso Faro de Alejandría. El faro ostiense se encontraba probablemente en una isla artificial que dividía el acceso al puerto en dos bocas, la septentrional y la meridional. Finalizado en el 64 d.C. bajo Nerón, el nuevo puerto se apoyaba en el fluvial de Ostia y en el marítimo de Puteoli, que desde el siglo II a.C. habían garantizado el abastecimiento de la ciudad de Roma.
La imponente infraestructura permitía el transbordo de las mercancías con plena seguridad, pasándolas de las naves onerarias adaptadas para la navegación en alta mar a las barcas fluviales (naves caudicariae), diseñadas para remontar el Tíber hasta Roma.
Al menos dos canales artificiales garantizaban la conexión entre el puerto de Claudio y el Tíber; la monumentalidad de las estructuras puede apreciarse en los fundamentos del muelle septentrional, todavía visibles en la actualidad tras el Museo de las Naves y que cuentan con una longitud de aproximadamente un kilómetro. En el antiguo atracadero septentrional también se pueden ver algunas estructuras funcionales correspondientes al puerto, como la denominada Capitanía, una cisterna y algunos edificios termales (el complejo de Monte Giulio), obras que fueron realizadas en el siglo II d.C.
La sedimentación progresiva provocó que el puerto fuera cada vez menos funcional y seguro, hasta el punto de promover entre el 100 y el 112 d.C. la construcción de una nueva dársena, el Puerto de Trajano.
El puerto de Trajano
El puerto de Trajano fue diseñado aprovechando las construcciones del faro, los espigones y atracaderos del puerto de Claudio, que ahora pasaría a ser el acceso y cuenca exterior del nuevo sistema portuario. Trajano hizo añadir a estas estructuras una dársena hexagonal de 33 hectáreas, faraónica obra de ingeniería que multiplicaba los puntos de atraque para los barcos. Además, el emperador hizo excavar varios canales, entre los cuales la Fosa Trajana, hoy día canal de Fiumicino; estos canales también actuaban como vías de escape hacia el mar en caso de crecidas, liberando a Roma del azote de las inundaciones.
Portus superaría pronto en importancia a Puteoli, favorecido por la conexión directa con Roma garantizada a través de la vía Portuense. Los edificios más importantes se concentraron en el lado noroeste de la cuenca del muelle; aquí se alzaban los llamados Almacenes Severianos, grandes instalaciones para almacenamiento de mercancías realizados a mediados del siglo II d.C., y el denominado Palacio Imperial, un suntuoso edificio de representación que hospedaba a viajeros de alto rango. Tanto los Almacenes como el Palacio Imperial se asomaban a la cuenca hexagonal; en cambio, otro gran conjunto de almacenes, los Almacenes Trajaneos, se desplegaban alrededor de la dársena, la cuenca interior en la que se cargaban las mercancías en embarcaciones de poco tonelaje capaces de remontar el Tíber.
En los siglos II y III, la mayor importancia del puerto dio lugar al nacimiento de un asentamiento estable, que en el año 314 d.C. se convirtió oficialmente en ciudad con el nombre de Portus Romae (Puerto de Roma).
Siendo ya un centro autónomo de Ostia y dotado de fuertes muros, durante algunos siglos el puerto imperial fue todavía objeto de atención por parte del poder central, interesado en mantener eficientemente el abastecimiento de la capital. A raíz del avance de la línea de costa y a la modificada morfología del territorio, el área de Portus estuvo sujeta a un lento anegamiento, que propició el relleno casi total de la cuenca portuaria entre la edad media y la edad moderna. Perduraría, sin embargo, el núcleo poblacional: es prueba de ello el establecimiento de la Basílica paleocristiana en la zona comprendida entre el Canal Transverso y la cuenca hexagonal.
Hoy en día el mar se encuentra aproximadamente a tres kilómetros del antiguo enclave portuario, encajado entre las infraestructuras del Aeropuerto y las modernas carreteras. El área arqueológica, también importante desde el punto de vista natural, está actualmente dividida entre el Parque arqueológico de Ostia Antigua y la familia Sforza-Cesarini, propietaria de la dársena de Trajano.
Dónde estamos
El acceso está en vía Portuense 2360 (frente al n. 2329), bajo el viaducto de la vía del Aeropuerto de Fiumicino.